¿Qué sabemos sobre RSC?

COMPARTIR

Profesor Pablo Nachar

16 / 05 / 2022

La responsabilidad Social Corporativa (RSC), ha permitido reunir diferentes perspectivas de análisis que ponen en relación la empresa y la sociedad. En este sentido, el concepto forma parte de los nuevos paradigmas de la gestión estratégica de las empresas, para el cual se han desarrollado un número importante de teorías, enfoques y metodologías (Garriga y Melé, 2004). Para nadie debe ser desconocido el impacto e influencia que ejercen diversas clases de organizaciones económicas en términos económicos, sociales y medioambientales. Comentamos desde diversas posturas nuestro nivel de acuerdo o desacuerdo con el actuar de una determinada empresa en estas materias, muchas veces de manera intuitiva. Al respecto cabe preguntarnos una cuestión inicial: ¿qué entendemos por responsabilidad social corporativa?

Para responder a esta pregunta debemos asumir que aún no existe total consenso con respecto a la definición ni los alcances de la RSC. Sin embargo, existen ciertas características asociadas al concepto: 1) es un compromiso voluntario que manifiestan organizaciones económicas con respecto a aspectos económicos, sociales y medioambientales, 2) dicho compromiso supone abordar intereses de diversos grupos de interés o stakeholders, 3) el concepto se relaciona de manera estrecha con el desarrollo sostenible, es decir, un actuar basado en satisfacer las necesidades y aspiraciones de la generación presente sin afectar la capacidad de las futuras generaciones de satisfacer sus propias necesidades y 4) su materialización en términos de gestión y divulgación de información se asocia al enfoque de triple resultado: económico, social y medioambiental.

Garriga y Melé, en su trabajo del año 2004 hacen una interesante contribución en términos de comprender el enfoque bajo el cual diversos tipos de organizaciones resuelven la interacción entre negocios y sociedad, es decir, la mirada que asumen y su posterior comportamiento, planteando para ello cuatro enfoques, 1) teorías instrumentales, 2) teorías políticas, 3) teorías integradoras, y 4) teorías basadas en valores éticos.

  • El enfoque de teorías instrumentales considera que la RSC constituye una herramienta útil para la creación de riqueza para las empresas, lo cual justifica su utilización. Esta mirada reconoce a la empresa como un sistema diseñado para generar beneficios, maximizar la utilidad de sus propietarios, y que, por tanto, todas sus acciones deben conducir a dicho objetivo. Esto es, la RSC se delimita mediante una relación de mutua dependencia entre la empresa y el entorno, donde prima la maximización del beneficio económico.
  • En el caso de las Teorías Políticas, la idea se relaciona con el enfoque de ciudadano corporativo, en el que, considerando el concepto de contrato social, la empresa adquiere una obligación con la comunidad, ya que es un actor influyente en esta. Bajo esta mirada se da especial énfasis al poder social con que cuentan las corporaciones. Dicho poder se refleja en que a medida que la empresa crece, la comunidad a la cual pertenece y en la cual se desenvuelve también lo hace. Dada esta condición, las empresas aceptan la responsabilidad asociada a desempeñar un papel influyente en la comunidad a la cual pertenecen.
  • Las Teorías Integradoras tienen como elementos conceptuales básicos la idea de que las empresas debieran incorporar dentro de su gestión las demandas e intereses sociales. Esta premisa se basa en la idea de la existencia de una interdependencia entre empresa y sociedad, donde la empresa depende de la sociedad a la cual pertenece, dado que sin ella no tendría razón de ser ni sería factible su permanencia en el tiempo, y al mismo tiempo la comunidad es dependiente de la empresa en lo que respecta a aspectos tales como el abastecimiento de productos o la oferta de plazas de empleo. Este tipo de teorías destacan la dependencia mutua antes mencionada y se centran en la identificación, revisión y posterior respuesta a las demandas sociales que brindan legitimación social, mayor nivel de aceptación y prestigio social.
  • El grupo de estudios orientados hacia Teorías Éticas se fundamentan en la presencia de valores éticos a la hora de establecer una interacción entre empresas y sociedad. Bajo esta mirada el desarrollo de iniciativas de RSC supone la existencia de una ética y una moral asociadas al comportamiento de las personas, por tanto, las empresas poseen una obligación moral, al ser administradas por personas, las que plasman los valores que poseen en su actuar. Dichos valores generan en los individuos una obligación moral de actuar de manera responsable con el medio al cual pertenecen y con el que interactúan.

 

Desde la década de 1990 en adelante, el estudio de la RSC ha sido planteado desde un enfoque asociado a la administración estratégica de las organizaciones (Lee, 2008), siendo así como dicho concepto cobra valor en la toma de decisiones estratégicas (Porter y Kramer, 2011, 2006, 2002; Brest, 2005), considerando en su estudio la relevancia e implicancias de llevar a cabo una gestión empresarial abordando aspectos sociales y medioambientales (Cetindamar y Hussoy, 2007; Castelo y Lima, 2006; White, 2004; Spiller, 2000).

Esta mirada se vincula de manera estrecha con la teoría de stakeholders, la cual supone adoptar un enfoque de gestión en el cual se incorpora a la estrategia de la empresa la influencia que ejercen diversos grupos de interés, lo cual plantea un desafío interesante en términos de gestión, definir a qué stakeholders se debe responder, cuales de sus intereses o demandas deben ser atendido y cómo y cuándo se debiera responder a dichos intereses o demandas. Asimismo, la mirada estratégica de la RSC se asocia a la obtención de ventajas tales como la creación de valor para quienes son propietarios de la empresa, el desarrollo de activos intangibles como reputación o confianza, o la mejora del desempeño financiero de la organización.

Mitchell et al. (1997) contribuye en el análisis de las interrogantes antes planteadas, al incorporar la idea de una clasificación de stakeholders con base en tres criterios: 1) poder, o nivel de influencia que puede ser ejercida para condicionar las actuaciones de otro individuo u organización, 2) legitimación, o nivel de aceptación manifestado con respecto a la demanda manifestada y 3) urgencia, grado de atención que un individuo solicita se dé respuesta a sus demandas. De lo anterior, la estrategia que adopta una organización económica para relacionarse con alguna clase de stakeholders depende de la importancia relativa con la que cuenta su demanda (Jawahar y McLaughlin, 2001). Con todo, la toma de decisiones estratégicas de asuntos relacionados con RSC supone la incorporación y administración de las exigencias que los diferentes stakeholders plantean a la organización. En este sentido cabe preguntar: ¿responden realmente las empresas a las necesidades de las comunidades locales?, o ¿se hacen responsables ante el impacto de sus actos?

Las memorias de sostenibilidad son un ejemplo del intento por avanzar en esta materia. Bajo la premisa de dar cuenta acerca del desempeño de una organización en materia económica, social y medioambiental, cada vez son más las empresas que publican informes de sostenibilidad, transparentando las distintas actividades o iniciativas que han llevado a cabo en la materia. Atendiendo a esta idea, distintas instituciones a nivel internacional, como por ejemplo la Unión Europea, con su Libro Verde, la Organización Internacional para la Estandarización, con su norma ISO 26.000 o el Manual de Confección de Memorias de Sostenibilidad planteado por Global Reporting Initiative, solo por mencionar algunas, ah propuesto metodologías que permiten de manera amplia y estructurada reportar los diversos aspectos que se consideran dentro de la RSC.

El marco que ofrece GRI para la confección de memorias de sostenibilidad permite a las empresas medir e informar sobre el desempeño asociado a los aspectos económicos, sociales y medioambientales. Las organizaciones a través de estos informes pueden incrementar el nivel de confianza que los diversos stakeholders tienen en ellas, además de contribuir a la transparencia en la economía global. Con todo lo anterior, el GRI logra plantear un esquema de divulgación de información relacionada con el desempeño en términos económicos, sociales y medioambientales capaz de proporcionar una fotografía de la postura que una organización mantiene con respecto al desarrollo de una gestión basada en RSC.

Considerando todo lo anteriormente expuesto, habiendo intentado plantear un pequeño marco bajo el cual responder a la pregunta que hicimos inicialmente, ¿qué entendemos por responsabilidad social corporativa?, ahora podríamos preguntarnos, ¿cuál es la postura que asume una determinada organización económica en materia de RSC?, o ¿qué es lo que nos está comunicando en su memoria de sostenibilidad respecto de su postura sobre RSC? Ahora bien, si quisiéramos llegar más allá en términos de reflexión, algunas de las preguntas fundamentales que podríamos hacernos respecto de la relación entre empresas, sociedad y medioambiente son: ¿qué podemos exigir a las empresas? ¿qué debiéramos esperar de ellas?

 

Referencias: 

Brest, P. (2005). “In Defense of Strategic Philanthropy”. Proceedings of the American Philosophical Society, 132-140.

Castelo M. y Lima, L. (2008). “Factors Influencing Social Responsibility Disclosure by Portuguese Companies”. Journal of Business Ethics 83 (4), 685-701.

Cetindamar, D. y Hussoy, K. (2007). “Corporate Social Responsibility Practices and Environmentally Responsible Behavior: The Case of The United Nations Global Compact”. Journal of Business Ethics 76 (2), 163-176.

Garriga, E. y Melé, D. (2004). “Corporate Social Responsibility Theories: Mapping the Territory”. Journal of Business Ethics 53 (1-2), 51-71.

Jawahar, I. y McLaughlin, G. (2001). “Toward a Descriptive Stakeholder Theory: An Organizational Life Cycle Approach”. Academy of Management Review, Vol.24, No. 3, 397-414.

Lee, M-D, P. (2008). “A review of the theories of corporate social responsibility: Its evolutionary path and the road ahead”. International Journal of Management Reviews, 10, 53-73.

Mitchell, R., Aagle, B. y Wood, D. (1997). “Toward a Theory of Stakeholder Identification and Salience: Defining the Principles of Who and What Really Counts”. Academy of Management Review 22 (5), 853 – 866.

Porter, M. y Kramer, M. (2002). “The Competitive Advantage of Corporate Philanthropy”. Harvard Business Review 80, (12), 56–69.

Porter, M. y Kramer, M. (2006). “Strategy and society: The link between competitive advantage and corporate social responsibility”. Harvard Business Review, 84 (12), 76-92.

Porter, M. y Kramer, M. (2011). “The Big Idea: Creating Shared Value”. Harvard Business Review Enero – Febrero.

Spiller, R. (2000) “Ethical Business and Investment: A Model for Business and Society”. Journal of Business Ethics 27, 149–160.

White, A. (2004). “Lost in transition? The future of corporate social responsibility”. The Journal of Corporate Citizenship, Winter (16), 19-24.